"La
práctica asidua de la meditación calma mental y emocionalmente al individuo ya que
tranquiliza las emociones negativas o de baja vibración, sobre todo los miedos
personales. Además reduce los niveles elevados de estrés de forma considerable.
El estrés disminuye sin necesidad de recurrir a la química ya que es un
antídoto personal y accesible. El nivel de estrés se reduce gracias a la calma
mental y a la tranquilidad emocional del estado sosegado. La meditación es un
descanso placentero que nos regalamos a nosotros mismos. Aunque a primera vista
puede parecer que estamos como dormidos, sin embargo es un enroscamiento que
mira hacia nuestro interior, y esta introspección permite ser plenamente
consciente del momento presente. Los beneficios de la meditación son
extraordinarios, sólo mediante la práctica meditativa se observa, desde otra faceta
diferente, lo que sucede internamente y tras la meditación se percibe el mundo
exterior de
forma distinta.
En la práctica meditativa
se obtienen los siguientes beneficios más inmediatos: la estabilización del
sistema nervioso; una mayor capacidad de aprendizaje; un aumento de la
creatividad, que a su vez amplía la actividad del pensamiento visual y
abstracto. Por otro lado, la meditación permite armonizar los dos hemisferios
cerebrales. El hemisferio izquierdo es masculino y tiene, entre otras, las
habilidades matemáticas, la expresión de las palabras, el razonamiento... "
EN EL GRUPO HAY UN BUEN ESTADO DE ANIMO
La
inteligencia emocional nos permite ver el modo de relacionarnos con los demás
y, si fuera necesario, acompañarlo de ciertas dosis de vibraciones positivas,
pero desde la prevención en la salud emocional. Es obvio que en cualquier sitio
donde estemos enseguida se detecta si hay mal o buen ambiente. Si en el puesto
de trabajo vemos malos gestos o algunas caras largas, enseguida estas emociones
negativas nos influyen en nuestro estado emocional. Sin embargo, si percibimos
buena energía, al instante generamos buenas vibraciones emocionales y a menudo
lo hacemos de forma consciente o inconsciente. En definitiva, es indiferente el
lugar donde estemos porque el radar está activado, lo mismo da que vayamos en autobús,
estemos en el supermercado o en el gimnasio. Lo cierto es que captamos todas
las emociones de los demás con demasiada rapidez y nos influyen demasiado. La
transmisión del estado anímico es algo muy poderoso: ¡cuidado!, ya que todos
los seres humanos transmitimos buenas o malas vibraciones a los demás. Por
fortuna los sentimientos positivos se difunden más fácilmente que los
negativos, y es innegable que sus efectos son más beneficiosos y alentadores.
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