PRENDIDA EN LA LUZ

PRENDIDA EN LA LUZ
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jueves, 24 de septiembre de 2015

EL CARTEL DE LA INAUGURACIÓN DEL LIBRO Y LA DIRECCIÓN DEL EVENTO.













http://olelibros.com/libreria/divulgacion/260-prendida-de-la-luz.html

* He dejado  un ejemplar disponible en la Biblioteca de Alaquás. Mi intención es seguir haciendo donaciones a algunas Bibliotecas de la Comunidad Valenciana.

A continuación trascribo  un fragmento del capítulo de las emociones:


**Importante: no hay que confundir la lástima con la compasión.
Un buen consejo sería cambiar “sutilmente” los temas habituales de conversación con aquellas personas que siempre hablan de problemas, conflictos, apuros y dificultades. En innumerables situaciones adoptan al papel de “víctima de las circunstancias del mundo mundial”. En efecto, si te relacionas a menudo con individuos atormentados, no lo hagas desde la lástima pero sí desde la compasión.

Esta diferencia de matiz emocional es muy importante, y se debe a que si lo haces desde la lástima, entonces le trasmites un mensaje indirecto de que es incapaz de salir de ese conflicto por sí mismo. Por lo tanto, observa el sentimiento que te invade con la persona que se encuentra mal, y si con tu modo de comportamiento le sugieres lástima o compasión.

Cuando cualquiera te da lástima, es como decirle secundariamente que en el fondo le infravaloras, mientras que si lo haces desde la compasión es distinto, porque le transmites un mensaje de con-pasión (amor). A través de la compasión le ofreces una actitud positiva basada en una clase de confianza más solidaria, y en que él será capaz de encontrar aquellas capacidades más adecuadas para solucionar sus problemas. Cuando actúas desde la compasión con alguien lo valoras desde el convencimiento de que es competente para superar sus adversidades, e incluso le prestas un innegable apoyo emocional.

En resumen, la persona que va de víctima reclama básicamente una atención amorosa, pero es necesario darle un tipo superior de amor, como el compasivo, y que le haga elevarse sobre esa situación tan perniciosa. No es un amor de bajo nivel como la lástima, porque si le das una palmadita al hombro y le dices: ¡pobrecito!, se trata de una recompensa emocional muy fugaz. Es indudable que cuando sientes lástima eres una persona empática, pero con esta actitud no le estás ayudando casi nada, aunque en principio, sobre todo para el quejoso, esta actitud lastimosa sea beneficiosa al instante porque recibe su dosis de atención; pero si profundizamos en el fondo de la cuestión, en un plazo de tiempo mayor que el de la recompensa inmediata, vemos que lo hundimos con sutileza en su conflicto personal. Ahora ya es obvio que es mejor que no tengamos lástima de las personas que sufren, y es preferible que les aportemos una buena dosis de amor- compasión.

*Hablemos de abundancia y de prosperidad. La negatividad hay que aceptarla con moderación.

Es recomendable que se fomenten las conversaciones sobre temas prósperos y de abundancia, ya que con esta nueva actitud se obtendrá un mejor resultado en las relaciones personales...


Pero no neguemos lo negativo, ya que es necesario que aceptemos la negatividad con cierta moderación. La negatividad hay que admitirla como una parte que nos ayuda a descubrir la positividad. Reconozcamos las sombras y las luces, ya que nuestro ser está formado por las dos mitades. Cuando integramos nuestras sombras vemos nuestras luces porque ambas existen en nosotros, y es reconfortante recordar que “la luz es la ausencia de la oscuridad”. En cierto modo es preciso hablar de lo malo en contadas ocasiones para desahogarse y no hacerlo de forma permanente, o que nos condicione en exceso. Al mismo tiempo, hay que encontrar las soluciones oportunas al conflicto interior.

© Amparo Ga. Prendida en la luz. 2015. © Uso / o duplicación no autorizada de este material sin el permiso expreso y por escrito del autor de este sitio/ y o propietario está estrictamente prohibido. 

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